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Impresoras
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Cuando se realiza un trabajo en un ordenador, no importa su naturaleza, tarde o temprano surge la necesidad de plasmar los resultados en papel, elemento éste que no creemos que desaparezca totalmente en favor de la llamada "oficina sin papeles".

Muy al contrario, como hemos citado, en la mayoría de las veces es imprescindible llevar al papel el resultado de nuestro trabajo, seamos diseñadores, contables o programadores. Por ello abordaremos en este artículo los puntos a tener en cuenta a la hora de adquirir una impresora.

Impresoras matriciales

Se puede decir que este es el escalón básico en la oferta de impresoras; muchos os preguntaréis, ¿quién puede querer una impresora de agujas? La respuesta es: mucha gente. Para empezar, son imprescindibles en trabajos donde haya que imprimir sobre papel de copia, es decir, con más de una hoja; esto engloba todo tipo de oficinas y centros, públicos o privados, que empleen ese tipo de papel. También los programadores saben apreciar su valor, ya que para imprimir un gran listado de un programa no vamos a utilizar una máquina láser o de inyección.

Su funcionamiento es simple, un cabezal dotado de una serie de diminutas agujas recibe impulsos que hacen golpear dichas agujas sobre el papel, que a su vez se desplaza por un rodillo sólido. Los modelos más frecuentes son los de 9 y 24 agujas, haciendo referencia al número que de este componente se dota al cabezal; este parámetro también se utiliza para medir su calidad de impresión, lógicamente a mayor número de agujas, mayor nitidez se obtendrá en la impresión.

Como iremos viendo, en realidad no puede hablarse de inconvenientes de un tipo u otro de impresoras, simplemente cada uno tiene una orientación (a un tipo de trabajo) diferente de otro. En el caso de las matriciales, resulta evidente que no sirven para imprimir gráficos, y que su funcionamiento no es precisamente silencioso.

 

Impresoras de inyección

Sin duda el segmento de más éxito en el campo de las impresoras es el de la inyección o chorro de tinta; su funcionamiento también se basa en un cabezal, en este caso inyector, dotado de una serie de boquillas que expulsan la tinta según los impulsos recibidos. Aunque al principio únicamente se podía imprimir en blanco y negro, el color se popularizó rápidamente, y se puede decir que ahora la inmensa mayoría de usuarios domésticos adquiere una impresora de inyección en color junto con su PC.

Aquí el parámetro de calidad lo da la resolución de la imagen impresa, expresada en puntos por pulgada; aunque con 300 ppp basta para imprimir texto, para fotografías es recomendable al menos 600 ppp. Dada su relación precio/calidad, son las impresoras más utilizadas para trabajos domésticos y semi-profesionales.

Como inconveniente se puede citar lo delicado de su mecánica y también su mantenimiento, ya que los cartuchos no suelen ser baratos.

 

Impresoras láser

Aunque el coste de una láser ya no tira para atrás como en otros tiempos, lo cierto es que siguen orientadas al ámbito profesional. En estas máquinas, un tambor, abreviado OPC (Optical Photo Conductor), o dicho comúnmente "fotoconductor", cargado de electricidad estática es recorrido por un pequeño rayo láser, cuyo haz actúa invirtiendo la carga en el tambor y atrayendo hacia éste el tóner (la "tinta" de las impresoras láser).

Este tóner se "pega" al papel por la acción de la corona o rodillo de transferencia, que invierte la polaridad del OPC atrayendo hacia sí las partículas de tóner. Como entre la corona de transferencia y el OPC está el papel, es en este en donde se queda el tóner, osea, lo que al fin y al cabo vamos a imprimir, ya sea texto o gráfico. Ahora bien, esa imagen no está "fijada" en el papel, de hecho, si le pasamos un dedo por encima antes de pasar por el último rodillo (fusor), el tóner "se corre". Gracias la acción del fusor, que son dos rodillos, uno de calor y otro de presión, ya sí se fija definitivamente la imagen.

Aquí se tiene en cuenta tanto la resolución, también expresada en ppp (lo mínimo aconsejable es 600 ppp) como la rapidez de impresión dada en páginas por minuto.

¿Inconvenientes? Son máquinas todavía caras, y aunque los consumibles no se cambian con la frecuencia que en las impresoras de inyección, cuando hay que hacerlo el bolsillo puede resentirse. Pero su rapidez y calidad de impresión las hacen destacar sobre el resto.

 

Detalles comunes: memoria

Prácticamente todas las impresoras, independientemente de la tecnología empleada, incluyen una memoria RAM. En las matriciales puede ser de unos pocos bytes (8 Kb, 16 Kb, etc.), y no mucho más en las de inyección. Por el contrario, en las láser sí que es imprescindible una buena cantidad de memoria, que no suele bajar de 512 Kb, aunque la verdad es que lo mínimo admisible debe ser, al menos, 1 Mega.

 

¿Color o blanco y negro?

Normalmente la respuesta a esta pregunta está muy clara en todos los casos, porque además no hay mucha alternativa; debido a la orientación de las impresoras matriciales y a la baja calidad que ofrecen cuando se intenta imprimir en color con ellas, es un segmento condenado al blanco y negro.

En las de inyección de tinta ocurre algo curioso, y es que será bastante difícil encontrar una impresora de este tipo, de sobremesa únicamente en blanco y negro, ya que el color se ha abaratado y perfeccionado tanto, que es algo que ya se incluye "de serie".

Por último, en las impresoras láser se imponen criterios económicos y de necesidad; ¿puedes gastarte un dineral en una impresora láser a color? ¿Realmente necesitas tanta calidad?

 

Consumibles

En las impresoras matriciales, el mantenimiento es sencillo y normalmente barato, ya que únicamente será preciso cambiar la cinta, que suele durar bastante. El cabezal también se suele considerar como consumible, pero no es algo que se estropee con frecuencia, teniendo una media de vida del orden de años.

En las de inyección, lo que más cambiaremos serán los cartuchos de negro y/o color; el cabezal inyector no suele estropearse, y la mayoría de impresoras implementan sistemas de limpieza y calibrado que permiten ajustar el funcionamiento de las mismas.

Por último, en las impresoras láser el consumible por excelencia es el cartucho de tóner (es decir, la tinta), pero tampoco es extraño tener que cambiar la unidad fotoconductora o el tambor (en algunas máquinas estas dos piezas se engloban en una sola) cada cierto tiempo, siempre según la carga de trabajo que soporte la máquina.

 

Displays y controles

La tendencia a la simplificación y reducción de tamaño que siguen las impresoras ha dado lugar a la aparición de modelos que sólo poseen un led y un botón de selección, cuando antes eran numerosos los controles.

En general, se tiende a que sea el software quien gestione todas las operaciones con la impresora, por lo que los fabricantes incluyen drivers y controladores. Pero esto también puede ser un inconveniente, ya que obliga a tener cargado software residente que de otra forma no necesitaríamos (por ejemplo bajo DOS), además de limitar a muchos usuarios que prefieren manipular manualmente los controles de la impresora. Pero esta es la tendencia, y es preciso habituarse a ella.

 

Puerto EPP/ECP, imprescindible

Si bien en las matriciales no es necesario, a la hora de adquirir una impresora de inyección o láser es prácticamente imprescindible que el puerto paralelo de nuestro ordenador sea bidireccional. Esto es así debido a que estas impresoras no sólo reciben datos del PC, sino que también pueden enviarle información, en forma de notificación de errores o situaciones anómalas, respuestas a códigos de control, etc. De hecho, el funcionamiento de los drivers y paneles de control vía software de estas máquinas se basa en esa premisa, e incluso algunos modelos ni siquiera instalarán su software de control si no detectan una conexión bidireccional. En ordenadores que son relativamente recientes, ya se incluye de fábrica el puerto paralelo ECP/EPP (Enhanced Parallel Port), y únicamente hay que verificar si está activada dicha característica en el Setup. Sin embargo, en máquinas más antiguas no se implementan estos puertos, así que conviene asegurarse para evitar sorpresas de última hora.

 

Emulaciones

Decimos que una impresora "emula" cuando admite códigos y modos de funcionamiento de otros modelos o marcas del mercado. Normalmente las de inyección no suelen implementar emulación, ya que dada su orientación basta con el driver que se incluye. Pero en una matricial, la emulación puede llegar a ser importantísima, en especial en aplicaciones hechas a medida o basadas en DOS; una impresora matricial se puede considerar completa si incluye modos IBM Proprinter y Epson, los dos grupos de códigos estándar.

En las impresoras láser sucede como con las de inyección, el driver incluido suele ser suficiente debido al segmento al que van dirigidas, pero no vienen mal un par de modos de emulación en cualquier impresora láser.

     
 

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